Lo dije primero en Twitter: Se perdió la sede para Villavicencio para la X Acampada Juvenil Amigoniana del 2010.
Pero, ¿Realmente se perdió? Aquellos lasallistas con los que me he relacionado y los amigonianos que han seguido mis propuestas pueden muy bien saber que no.
Lo que cayó derrotada en el segundo lugar fue simplemente una sede: un lugar caracterizado por el calor pero también por la belleza del llano, vencido por las también hermosas montañas boyacenses. Eso fue lo que se perdió pero aquí en este punto apelo a lo que dije allá en Sabanagrande al hacer la defensa final de Villavicenc'10
"Yo no estoy proponiendo sólamente una sede, sino una nueva forma de hacer acampadas"
Lo que estaba proponiendo era superar las barreras del carisma amigoniano, acudir a otras comunidades religiosas para que tanto Terciarios como Terciarias pudiesen hacer alianzas, conocer nuevos lugares, y sobre todo, que los jóvenes tuviesen la oportunidad de interactuar con personas de otro movimiento juvenil católico para darse cuenta que somos parte de lo mismo.
El punto es: separados podemos desarrollarnos pero podemos llegar a un punto donde no podamos más: asociados con otros podemos impulsar una nueva fuerza que pueda hacer todo lo que se proponga. Al fin y al cabo, nos llamamos movimientos.
Y lo reconozco, para ello no era indispensable hacer una Acampada en Villavicencio. Era el lugar que hubiese favorecido más ese pequeño experimento. Pero no el único.
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