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miércoles, 28 de julio de 2010

¡Ya estoy harto!

Hace más de dos meses me nació la idea de escribir esto. Y todo por el crimen nefasto en la ciudad de Manizales del rector, en ese entonces, del Instituto Técnico San Rafael, el padre Carlos González, el cual muchos sentimos con dolor y pesar.

Las actuales tecnologías de información hacen que todo se difunda más rápido y llegue a más personas. Por eso pueden emplearse para enviar cualquier mensaje de gran impacto, sea positivo o negativo. Precisamente allí se muestra una parte del problema al que nosotros, como Iglesia, estamos enfrentados.

Veía con cierta molestia (por no decir asco) en los foros de los principales sitios web del país que cubrieron lo que ocurrió en Manizales un comportamiento inaudito. Mientras las muertes de otras personas célebres  habían traído solidaridad a los foros con el difunto, lo que pasó con el Padre Carlos fue un momento de celebración. Comentarios como "Quién sabe qué le habrá dicho a esos dos pelaos" o "Un pederasta menos" eran muy comunes. ¿Cuándo se van a cansar de generalizar lo que hacen un 0.01% de los sacerdotes católicos a lo que hace la totalidad de la Iglesia? ¿Qué tienen contra nosotros? Como le decía yo a alguien que publicó un comentario anti-católico en Facebook: La Iglesia no sólo la conforma el Magisterio (es decir, los sacerdotes), también los fieles laicos que seguimos a Jesús: al decirle pederasta a un sacerdote, está haciendo lo mismo con todos nosotros. Y no duden que con lo que sucedió hace poco en Moldavia empiecen a llenarse otra vez los foros de mensajes ofensivos. Siempre buscando pretextos para atacar.

Lo peor no son esas ofensas: es la gran indiferencia del pueblo católico. ¿Quién dice algo en defensa de la Iglesia? NADIE. Como si el problema sólo fuera de los sacerdotes, también es de NOSOTROS que tenemos que defender a nuestra comunidad.

Cuando los ataques son más fuertes, la necesidad de asociación entre nosotros es más evidente. ¡Y poniendo excusas para hacerlo por cosas como un carisma!

¿No han pensado esos jerarcas que tanto piden perdón a la gente por las actuaciones de unos cuántos en que que deben hablarle a SU Iglesia? Por lo menos el Papa dice algo. Pero otros, ni fu ni fa. Ni les preocupa el tema y creen que la Iglesia está bien como está. Que no hace falta cerrar las divisiones porque ni siquiera las hay. ¿Y qué con el sacerdote que no habla de problemas de hoy con su feligreses? ¿Y qué con los fieles que ni se pronuncian y no son críticos? No he escuchado nunca a un católico hablar de los problemas de SU Iglesia, pero sí al resto hablando pestes de nosotros.

He dejado algo que podemos hacer: los que medio participamos de la vida eclesial nos podemos asociar para dar mínimo una imagen de unidad. Hay muchas cosas que se pueden hacer con algo así: debatir, hacer campañas, ayudar a la comunidad y mostrar a la Iglesia no sólo como un acumulado de religiosos sino también de creyentes activos que se preocupan por su entorno.

Ya estoy harto de tanto conformismo nuestro. Hay que ser críticos. Ahí está la base del cambio.