Una vez ha concluido la reunión que esperé por mucho tiempo, la que congregaba a varios jóvenes de la Juventud Amigoniana, confirmé algunas cosas pero me quedan dudas que resolveré en el trabajo futuro con las comunidades, dudas que ni siquiera tienen que ver con lo que se habló en la reunión.
Hemos tenido un momento emotivo de dos horas en compañía del Padre Sandro Anibal Castaño quien viajó desde Medellín para dirigir la reunión. A él, gracias en nombre del grupo por haber asistido y resolver cuestiones que se traían, principalmente de la VIII Acampada Juvenil Amigoniana a llevarse a cabo en noviembre de este año.
¿La Costa Atlántica? ¿Santa Marta? ¿Barranquilla? Finalmente entre la reunión de la Junta Nacional que llamé ilegítima ( de la cual cambió mi concepto después de ciertas aclaraciones) y comités de un equipo interprovincial, se decidió finalmente que por razones logísticas y de tiempo debía buscarse otro lugar. Y como en la Acampada de El Peñol había quedado como segunda opción el departamento de Caldas, pues entonces ¡Allá será! Y que nos esperen por allá. Esto debió poner triste a más de uno pero personalmente no me afectó porque los motivos que me llevaban a estar en la reunión eran otros... distintos a los que involucraban a la Acampada, aunque ya se sabía que este iba a ser el tema más importante.
A la reunión iba yo principalmente a hablar sobre el movimiento en sí, cómo estábamos (aunque algo se vió) y dar opiniones sobre el futuro, aparte de la Acampada. Yo prácticamente estaba preparado para decir una especie de "discurso improvisado" para convocar a los jóvenes a la consolidación de nuestras comunidades, la unión del movimiento y a convencerlos para hablar ya en serio de la propuesta que he manejado en la mayoría de los artículos que he escrito últimamente. Sin embargo no se pudo pero al menos comprobé: En Juvam si se puede, el movimiento está preparado, así muchos no lo quieran creer.
Ahora: el IM. Hace poco envié un correo a varios jóvenes, en su mayoría lasallistas para pedirles su opinión sobre mi propuesta del EJLA. Reconozco que no fui muy convincente en el contenido del correo pero eso no fue lo malo. A través de un medio de cuenta de usuarios de este blog que cuenta incluso las veces que un usuario se encuentra con un enlace directo a la página, aún sin acceder a ella me di cuenta que ese correo sólo fue leido por ¡3 personas! (En realidad dos porque también me envié un correo a mí mismo). Una fue mi hermana que sé que me apoya en esta labor y la otra persona es un gran amigo que incluso me habló de ello por teléfono pero noté que aun no ha entendido el nivel de mi propuesta, que no se trata de algo pequeño.
Me he dado cuenta que en el IM existe un gran distanciamiento que no existe en Juvam. ¿En qué medida? Para mí es claro que el fuerte del Indivisa Manent es el trabajo con grupos pequeños, es decir cada comunidad está consolidado. El problema está en la unión como movimiento. Por lo menos en la pastoral en que trabajé noté muchas veces que se tiene la conepción de que el IM sólo es el grupo del colegio y nadie más. Reconocerán que hay otros grupos semejantes pero no hay como ese sentimiento de hermandad.
Allí noto: nuestros muchachos podrán ser comprometidos con su pastoral pero veo una indiferencia a recibir propuestas de afuera. Y como lo dije en la reunión de Juvam cuando hablaban de la escogencia de los miembros de la Junta Nacional y de no se pretendía excluir a los demás y yo dije "yo si lo sentí así", lo digo en este apunte del IM: YO LO SIENTO ASÍ, Yo siento la indiferencia, no hay hermandad, no hay sentido de pastoral, más allá de San Juan Bautista de La Salle pareciera que no hubiera nada más. Y eso me da mucho dolor porque antes contaba con hermanos de otras pastorales lasallistas. Ahora, siento que, no quiero ser grosero, pero siento que hubo deslealtad, no conmigo porque me da igual, sino con ¡Cristo!.
Esto me da más coraje de que necesitamos un EJLA más que nunca porque se necesita un reconocimiento del sentimiento católico mayor al sentimiento de las comunidades y del carisma.
Espero lo entiendan, porque siento mucho dolor de todo lo que pasa aquí.
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