Parecieran importarle poco a los autores de canciones y de libros. No son las historias principales de las películas ni las novelas. Pero cualquiera sabe que un amigo, cuando se encuentra, es la joya preciosa en un montón de tierra.
No todos los valoran igual y de acuerdo a su experiencia, cada cual sabrá qué significa para sí un amigo. El que acompaña, el que te ayuda en las tareas, el que juega contigo un partido de cualquier deporte, el que te da una mano cuando necesitas consejo. Realmente se ve cuando pasas por el peor de tus momentos y aquél está dispuesto a ofrecer todo de sí para que no sientas que el mundo se te viene a la cabeza.
Para alguien que de pequeño fue molestado por diversas razones, encontrar un amigo es un bálsamo para su dolor. Empieza a verlo como aquel ser que te buscó porque realmente vio algo positivo en ti. No necesariamente el que sintió lástima, ese se suele ir apenas se acaba tu preocupación. Cuando la amistad nace, al afligido le renace la esperanza, el deseo de una vida mejor.
Aunque a veces no tomas en cuenta que tu vida puede tomar rumbos inesperados: cambia tu hogar, tu trabajo, colegio o universidad, tus costumbres, tu pensamiento. Y eso a veces te hace cambiar los amigos. Alguien puede cometer el error de olvidar a los amigos del pasado, personas cuyo recuerdo se puede marchitar en el tiempo al no hacer nada por mantener el lazo.
Ahora, cuando ya crees tener un grupo estable de amigos, la vida parece que no fuera a alterarse más. Luego, vienen las peleas, las discusiones, los momentos que te indignan porque crees que te han faltado al respeto. Te duele, y más cuando no es la primera vez que ocurre. Quisieras decirles de frente muchas cosas y ahí tu eres el que quiere forzar el cambio. El verdadero amigo sabría decir las cosas en momentos como esos. Del otro lado, sabría entender al que está incómodo y hace lo posible por darle solución al problema.
Cuando valoras lo que significan, no quieres perder a tus amigos. Ofreces lo que sea para que eso no ocurra. O no, ni siquiera. Incluso lo haces cuando no se corre ese riesgo. Es algo natural y que nace de un aprecio sincero.
Si el vínculo es muy fuerte (o al menos se siente así), es mejor hablar de hermanos. Los cambios de la vida ocurren igual pero en estos casos, creo yo, la vida no puede ser tan injusta como para separar algo así. Los hermanos no se escogen, y una ves los tienes, es imposible olvidarlos tan fácil.
Espero lo entiendan...
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